La cocina francesa es muy famosa a nivel internacional. Conocida en todos los rincones del mundo, por su historia, el refinamiento de las preparaciones y la excelencia de las materias primas, no es casualidad que en 2010 fuera reconocida por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad por ser un admirable testimonio de tradición y la historia de la cultura gastronómica de este país.
¿Eres un apasionado/a de la cocina, te gusta experimentar con innovaciones culinarias o eres un turista a punto de partir hacia Francia para un verdadero recorrido gastronómico?
En cualquier caso, entonces, ¡no te puedes perder este sabroso viaje por las especialidades francesas y los platos de más allá de los Alpes que no podrás dejar de saborear!
Descubre también 10 restaurantes franceses recomendados.
Productos de panadería
Empecemos por la clásica baguette, un pan crujiente por fuera pero tierno por dentro, símbolo de las panaderías coloridas y muy perfumadas de París: si es cierto que a los franceses les encanta llevarlo bajo el brazo por las callejuelas de Montmartre e incluso en el metro, es igualmente cierto que no podremos prescindir de probarlo, vacío, sobrio y sabroso como sea, o rico y relleno de mantequilla y cebollino, o de atún, mahonesa y pepinillos.
Los productos de panadería ciertamente no terminan ahí.
Sobre todo, los postres horneados encantan el paladar: el pain au chocolat es un saco suave relleno de chocolate con sabor a vainilla, el pain aux raisins es un pan fragante con pasas y natillas y el chausson aux pommes es un delicioso hojaldre con manzanas y canela. ¡Ningún goloso, grande o pequeño, puede perderse estos manjares!
Quesos franceses
Cuando se trata de la cocina francesa, la rica variedad de quesos franceses viene a la mente de los gourmets: Brie, Camembert, Emmental, Coulommiers, Cancoillotte, Mimolette, Roquefort, Cantal, solo por nombrar algunos.
Los quesos franceses se prestan bien para comer solos, cortados en lonchas o acompañados de guisos de verduras y tostadas de pan crujiente y obviamente regados con un buen vino local, como un vino blanco alsaciano, un Pomerol o un Meursault (por ejemplo en excelente combinación con Cantal) o una sidra normanda brut sobre un sabroso trozo de Camembert.
Y no podía faltar la quiche, la mítica tarta salada francesa elaborada con masa quebrada y rellena de muchas formas: verduras, nata, bechamel o embutidos.
Existen diferentes recetas de quiches según la región de origen: en la región de Lorena, la típica quiche se prepara con nata y tocino y se sirve como aperitivo.
Sopas francesas
¿Quieres un plato cálido y vigorizante? La gastronomía francesa también es famosa por las sopas: la más famosa es sin duda la soupe a l’oignon, o sopa de cebolla, un plato pobre, basado en ingredientes tradicionales pero rico en sabor y bienestar.
Hoy se disfruta en los mejores y más refinados restaurantes parisinos, pero la tradición dice que se preparaba en casa o que uno iba a comerlo a los bistrós cercanos a los mercados generales parisinos.
Se suele disfrutar servido en cuencos monodosis y espolvoreado con queso rallado.
Las verduras guisadas no solo son un ingrediente excelente en las sopas francesas: otra sopa mítica que no debes perderte es la Bouillabaisse, una sopa de pescado tradicional típica de la zona de Marsella, en el sur de Francia.